martes, 1 de noviembre de 2011

De mis Maestros: La Muerte

Desde nuestro más profundo respeto, este programa pretende homenajear en este día, al que el almanaque con su frialdad de impreso marca en rojo como el de los Fieles Difuntos, a aquellos profesionales del flamenco que ya no están entre nosotros, pero su eco perdura y perdurara por siempre, mientras que haya alguien decidido a escuchar y valorar como sonaban esas voces que escribieron con letras de oro, el pasado de este género tan apasionante. Para aquellos que se asoman al futuro del flamenco, este programa, les va dedicado.



Y dijo José Luis…
Por estos días por donde el frio es compañero, y son más cortas las tardes se cumpleaños de la muerte de Pepe Marchena, el maestro de maestros también para morirse, recordar aquella frase suya cuando Antonio Villarejo  fue a la clínica donde estaba en Madrid, pocos días antes de irse. Y cuando entro el periodista, y la mujer de Pepe quiso correr las cortinas del cuarto, para que no entrara claridad y estuviera aquello más intimo, Pepe, amable y dulcemente le dijo a la mujer:
 -“¡Noo! No corras las cortinas, mujer, que donde voy me queda mucha oscuridad que ver”.



Donde esta oh muerte tu victoria.
Dijo mi maestro Pericón de Cádiz:
“Un año, le toco el premio gordo de la lotería a un bailaor que le decian juan el churri y a un musico. Y el dia del sorteo coincidio con un entierro de categoria que llebava musica tocandole al muerto. Se forma el entierro, el coche con los caballos, el personal, y el muerto. La banda tocando. Y en la banda el musico tocando el saxofoón, venga tocar el saxofón, hasta que paso el entierro por la calle compañía y al pasar por frente a una administarción  de loterias, el musico que mira de reojo para una pizarra que ponian y ve que su numero es el gordo!!!. No veas!!, la que le entro al musico, se quedo allí parado, el entierro seguia para adelante,  y el alli, parado, tocandole al numero, y al rato Juan el Churri que llega, con sus dos decimos premiado y se encuentra con el musico , y habia que ver al musico tocando y al Churri bailando por musica de muerto, y el 11013 era el numero…”

De mis Maestros: La Muerte, verla ahí según pericón de Cádiz:
“Habia en cadiz un gitano que se llamaba Curro, y Curro, iba siempre por la calle con su mujer muy bien vestido. Su traje corto, su chaquetilla corta, su sombrero calañé , su baston y una traya que se ponia de oro. Y este hombre que tenia ya 75 o 76  años  no iba solo a ningun lado. Siempre con su mujer a todo los sitios,  y tenia un miedo a la muerte que no veas. Cada vez que hablaba con su mujer o se ponia un poco malo, siempre le decia: - ¡Ahhy mi Lola, lola, hija mía, si yo me muero antes que tu, quiero que me amortajen tal como estoy, tu, me metes en la cajita, tal como estoy.
-¡ Ahyy, tu descuida Curro, pero no me digas esas cosas!, Y siempre tenia el esa petera con ella, y lo que pasa en la vida, murio Curro. Y esta gitana, como le habia encargado tantas veces que lo amortajara tal y como con ella iba, cuando las vecinas fueron para ayudarle, se escucha el grito de la gitana: - ¡No tocarle!, ¡No tocarle a mi Curro que a este lo amrtajo yo, que lo voy a poner como el me lo pidio muchas veces!; Y no veas,  como lo amortajo. Su traje corto, su chaquetilla corta, su sombrero calañé , su baston y su traya de oro.
Y estaba el pobre Curro en su caja, cuando entra la subiela llorando, porque lo queria mucho  y Lola que la ve, se pone de pie, y le dice: - ¡ Ahhi, Ahhi Zubiela de mi alma, mira mi Curro,  mira mi Curro, el pobresito me lo pedia siempre, siempre, siempre, que lo amrtajara y lo metiera en la caja  tal como iba conmigo en la calle, ahí lo tienes, ¿Tu que lo conocias bien, le falta algo? ¿ Le falta algo a mi Curro? ¿Le falta algun detalle, Zubiela de mi alma?. Y se va la Zubiela para la caja,  lo mira y le dice a la gitana Lola: ¡Ahhy Lola, Ahhy Lola, esta tan bien, tan bien, que nada mas le falta la entrada a los toros!!!...”
La entrada a los toros,  a Curro, el pobre…..

De mis Maestros: La Muerte, dijo Enrique el cojo:
“Cuando estallo el movimiento,  yo le habia dado clase, en la calle harina, a un agente que era de falange. Y yo sin saber nada de nada, porque yo entonces tenia muy buenas clases  y no sabia nada de politica. Yo vivia en la calle Castellar, y el 18 de julio estaba dando unpoquito de clases de guitarra, y me cogio el movimiento ahí, porque decia toda la gente ¡Se va a formar, se va a formar!. Leche que se formo. Y salio el guitarrista corriendo y yo toda la noche en mi casa metido. Entonces las gentes saquearon una fabrica de perfumes que allí habia, todos los perfumes en la calle tirados, un olor por las calles, no veas el olor que hacia la colonia y los perfumes, todo tirado.  Entonces, san Marco, lo tenian los republicanos, y yo vivia en el 49 de la calle Castellar, osea, desde mi casa a San Marco era zona libre, pero no era zona libre porque alli se paseaban los  tiros. Yo durmiendo debajo del colchón, que no queria yo saber de nada, y los tiros, Pum, Pum, Pum, a mi balcón, y yo decia, Ahhy Dios mio, a ver si va a ser porque yo le he dado clase a esa gente, y no me atrevía a salir. Luego despues, debajo de mi casa vivia uno, bueno, le hablaba a una, el; Porque como era comunista no se casaban, fijaté.  Y yo con más miedo todavia, y me decia el tal, ven, ven, ven a la torre de San Marcos para ver a los muertos, ¿yo?, yo no voy a ningun lado… Y luego a él tambien lo mataron, que el pobre se ponia ¡Que vienen¡ ¡Que vienen los regulares! ¡Que vienen a bombardear! Y nos metimos enfrente de mi casa que habia una carpinteria, yo cogí un quintillo que yo tenia de brillantes, lo mejor que yo tenia y mi dinero y me fui ahí  a un salon hasta que se pasara todo.
Entonces ya, cuando se paso todo, y los nacionales tomaron eso, la gente se iva a la plaza nueva a cantar, y entonces yo dije, yo voy a cantar, yo voy a cantar para que a mi no me pase nada y yo cantaba: Requete, requete, requete, España en ti confía…cara al sol… hasta que me quedaba ronco cantando, de la guindama, del miedo que tenia encima, no tenia miedo ni na’.””

De mis Maestros: La Muerte, dijo Pepe el de la Matrona:
“Cuando me llamaron de Sevilla, porque mi madre estaba en las ultimas, llegué a Sevilla, y ya llebaba tres o cuatro días sin hablar, y parece ser, que cuando me sintio hablar con mi hermana, me reconoció. Me reconocío la voz y empezo hacer ruidos y esto se me quedo tan impresionado, que hice la letra siguiente: En su ultima agonia mi madre a mi me llamo, que grande es la pena mia, porque no sabia yo lo que decir me queria…"

Otra. Decia mi maestro Pepe el de la Matrona, otra letra con su fundamento
“ Al lado de mi casa vivia una pensionista, una mujer ya de edad,  que tenia un hijo de 17 años y que murio el pobre con esa edad. Me mandaron recado a Villa Rosa, se ha muerto Luisito, y como esta mujer estaba sola, pues me creia yo que no la podian atender mas que los vecinos más cercanos,  asi que pedí permiso en la reunion y me fui. Llegue y la encontre abrazada al hijo, y le hice la letra siguiente:  Una mujer sin consuelo, como loca se reia, delante de su hijo muerto, porque llorar no podia, de tan fuerte sufrimiento…”
También, decía mi maestro Pepe el de la Matrona:
“También hice yo una letras por seguirilla para completar unas del “Loco”. El Loco Mateo casi todas las letras las hacia alusivas a su madre, sobretodo unas cuantas por seguirillas:
Oleaítas, mare, de la mares
que fuertes venéis,
se habéis llevao a la mare mi alma
y no me la traéis.
Llamarme al médico
llamarme a un doctor
para que le alivien las duquelas,                                                                                                             
a mi mare de mi corazón
En aquel rinconcito
dejarme llorar
que se me ha muerto la madre de mi alma
Y no la veo más.

Me encargo mi madre antes de morir que le dijera una misa de limosna en San Agustín, y luego yo le puse la letra siguiente:
Cuando paso yo lloro por San Agustin
porque  me acuerdo de la madre de mi alma
que murió allí…”

Por Jose Luis Ortiz Nuevo. 
 

domingo, 30 de octubre de 2011

En Octubre fué...

Desde la hemeroteca y buscando huellas de lo flamenco en el tiempo, José Luis nos recuerda a través de artículos de prensa de los siglos pasados, las primeras manifestaciones de lo que hoy conocemos como flamenco.


Dijo José Luis…
En los Octubres que alcanza la memoria de lo flamenco,  cuando regresan las lluvias y los cielos recuperan las tonalidades grises.
En el año de 1867, este recorte de periódico que dice así :
“Salon de Oriente. El sábado 12 tendrá lugar un gran concierto de bailes del país. Cantes y bailes flamencos en el que tomara parte el afamado cantante Don Siverio Franconetti. Gran fiesta de bailes de palillos y flamencos con cantos andaluces en la que tomara parte el celebre Silverio Franconetti en la noche del sábado 12 al que asistirán cinco parejas de las mejores boleras de esta capital.  El afamado Silverio, Lorente, el tocador Pérez, el Pintor y dos flamencas de la cava.  El salón se abrirá a las 8 y el baile dará principio a las 9”.
Lo dijo la andalucia el 9 y el 11 de octubre de 1867. Verla ahí, Silverio Franconetti recién vuelto, apenas hacia dos años que había regresado de  América a Sevilla y estamos en el momento en que principia a usarse el termino flamenco para señalar los cantes y los bailes. En aquellos años de los de los 1860, en su octubre, “La Andalucia” dijo: el día 19.
“Gran fiesta de cantes y bailes populares, en la que tomara parte el celebre Silverio Franconetti, en la noche de hoy sábado 19 de octubre, a la que asistirá “Sartorius”, “Lorente” dos flamencas de la cava, el bailador Antonio “el Pintor” el afamado guitarrista”Perez” y un aficionado.”
Ya ves las boleras y las gitana, mezclandose, ahí fue, la cuna o unas de las cunas….

Fue por Octubre, Octubre de 1885, cuando crecieron los cafés cantantes, y dijo el diario “El Progreso” el día 13 de Octubre de 1885…
“El sábado se inauguro en la presente temporada el teatro café de variedades. Las obras verificadas en el salón obedecen a la plausible idea de transformarlo en un verdadero teatro, lo que a fuerza de perseverancia va consiguiendo la empresa.
La compañía de declamación es muy aceptable, descoyando la señorita Castro quien al final de la representación de “El novio de Doña Ines” canto unas malagueñas con un gusto y delicadeza tal, que produjo verdadero asombro en el publico que no esperaba sin duda oír tan dulce timbre de voz, y cantar con el sentimiento y perfección como la señorita Castro lo hizo. Los aplausos no cesaban y por tres veces tubo que salir a escena después de repetir su canto.
La compañía de baile llamara indudablemente gran concurrencia a aquel teatro por la gracia y perfección con que el cuerpo coreográfica  cumple su cometido “.
La compañía de declamación, el teatro café de variedades,  la zarzuela, el novio de Doña Ines y la señorita Castro, que se cantó unas malagueñas con un gusto y una delicadeza tal…En octubre de 1885 fue…

Algo después en el octubre de 1888, seguía la costumbre, se mantenía, de llevar al teatro lo flamenco, y a este propósito dijo el diario “El Español” el día 26…
“Estreno en Cervantes. Se estrena la obra por España, original de Don Mariano Rojas y Don Francisco Ruíz, una de las revista de las que ahora están en moda  y que están concluyendo con el buen gusto y la moral del teatro.
Una escena de cante y baile flamenco creemos que introducida por los empresarios con objeto de retractar las costumbres y el  carácter del pueblo español dio ocasión a un verdadero alboroto en la sala del teatro donde no se oyó mas, por largo rato, que pitos y aplausos mezclados con voces y siceos”.
Historias teatrales  de la fusión o del encuentro de lo flamenco y el teatro hace tela de tiempo,  en el octubre de 1888  sucedió…

Fue por el Octubre de la memoria popular, el 27 de octubre de 1856, el diario “El Porvenir” recogía en una de sus columnas un verso, a propósito de la tan famosa y popular “Fiesta de Torrijos” …recuerdo estamos en 1856:
“Grande es Sevilla tu nombre, por tus festejos. Prolijo y estático queda el hombre si se encamina a Torrijos.
Observa el espectador, carros que llevan mujeres, y que al par que el cantador con sus palmas los placeres, llevan panderas instrumentos que vibran al bamboleo del carruaje.
Y contentos entonan polos, y jaleos. Caminan sin pesadilla entre el gentío y bullicio, y apuran la manzanilla sin que les domine el vicio.
La casada y la que es moza, sin reparar en pelillos se cuelgan luego en la choza resonando sus palillos. Piden buñuelos, licores, que amenicen su placer y al llegar el anochecer se engalanan con mil flores.
Al venir por el camino todo se agolla y destroza, el carrero pierde el tino y es aquel que ronca es quien goza.  Y de andar de seca en Meca quedan sin cuarto ninguno, ni comprar pueden manteca para hacer su desayuno.” 
Como ves, el 27 de octubre de 1856, algunos de los majos  y majas que fueron a Torrijos, parece ser que se quedaron sin un “real” y no podían luego desayunar ni comprarse un cacho de pan con manteca ni nada, se habían puesto tan a gusto en torrijos el domingo…los domingos de Octubre, eran los cuatro domingos, de Triana para arriba, de Triana para abajo… cosas historias y memoria de lo flamenco y de lo popular por el tiempo… en octubre fue.

Por Jose Luis Ortiz Nuevo.

martes, 18 de octubre de 2011

Malena

Hiniesta Cortés, sevillana que lleva desde los 13 años como profesional y ha pasado por escenarios de todo el mundo de la mano de Cristina Hoyos y Mario Maya entre otros habia creado compañía propia y estrenabá en el teatro Central Malena, su primer espectáculo como solista. 'Es un montaje sencillo que refleja la vida de una mujer que tiene que decidir su camino. Gente, como le ha pasado a muchos artistas, que elige y se equivoca', explicaba la bailaora a la prensa en el verano de 2002. El guión y las letras son de José Luis Ortiz Nuevo, la dirección de escena, de Jesús Domínguez; la música de José Luis Rodríguez y en la coreografía habia contado con la colaboración de los dos bailaores que aparecian en escena: Alejandro Granados y Juan Carlos Lérida.




Y dijo Jose luis…
Malena es una mujer en trance de elegir y decidirse. Malena es en el teatro Hiniesta  Cortes  la bailaora y representa ese papel,  el de Malena la indesisa.
Para sus bailes y los de su compañía entera escribi esta Malena que habla de la duda de la insertidumbre, del miedo,  de la aventura, del arrebato,  de todo lo que es la vida
Y ahora voy a tener el gusto de leertelo a ti, para que imagines como es Malena….

Alegrias al aire de la Mejorana
Tienes nombre de pena,
cuerpo de fuego de infinita tristeza y de deseo.
Vaya alegria que se viste de noche para ser día.
Corazon herrante, gasta cuidao
de la voz de la gente que esta a tu lado.
Vaya alegria que se viste de noche para ser día.
A mi no me importa nada de lo que  digan
y meno me va a importar que me maldigan
Yo soy Malena azul hembra felina de gozo y pena.
Yo soy un lirio, una azucena,
un precipicio y una candela…
Yo soy Malena azul hembra felina de gozo y pena.

Taranta al uso de la Gabriela

Mira de no equibocarte
en la calle del peligro 
no vayas a resbalarte
y pierdas el equilibrio 
y el sentido de orientarte.
Tambien la hermosura acaba
y acaba la lozania
Viene la noche callada
apaga la luz del día
Y oscurece cuanto haya.
Dejarme que venga y vaya 
dejarme que vaya y venga
Que me encuentre y que me pierda
y que sea quien yo quiera
Quien a mí me de la gana



Fandangos al estilo de Maria Limón

Yo no le temo al castigo
ni a lo negro de la noche
ni al espanto de un suplicio
Yo no le temo a la muerte
ni al silencio del olvido.
El sol que sale se pone
La luna brilla o no brilla
Esa son las direcciones
que nos enseña la vida
en algunas ocaciones.
Soy amapoa en el trigo
Soy luz en la oscuridad
Soy el sur de los caminos
Y estrella de la libertad
Errante por su destino.
El rio busca su cause
Busca el pajaro su nido
Busca el arbol su paisaje
La vida busca el sentido
Y su manera de darse.


Malagueñas en recuerdo de la Trini.

Por donde quiera que voy,
me va doliendo la vida
Yo ya no se ni quien soy
ni el color de mis heridas,
ni los pasitos que doy.
Todito lo que yo amaba
Se lo llevo la corriente
Desaparecio en la nada
Como me encuentro solita
Y sin nadie a quien contarle
Cuales son mis duquelitas
Ahora si que estoy vencida
Doblegada por los tormentos
Que me tienen consumida.


Seguirillas de la memoria de Maria Borrico

Igual que lo tubo, asi lo perdio
Como lo tiraba a manitas llenas
Como lo tiro.
Su noche era el día, su día la noche
Que hasta las horitas tenia confundida
Sin rumbo y sin norte.
Siendo lo que era, siendo lo que fue
Mira tu por donde ha llegado la pobre
A ser lo que es.
Desgracia la mia, donde vine a dar
Tan lejos del mundo donde yo solia
Echarme a gozar.
Si tiro para un sitio, si tiro para otro
Siempre me tropiezo con un presipicio
Muy negro y muy hondo.


Tangos de bulla de la Repompa, para recomponer el animo.

Por tango, quiero por tangos
Por tangos de la Repompa
Con la mar y con los brazos
Con las biznagas redondas.
Con la sal que todo lo cura
Con las miradas ardientes
En los cuerpos, las calenturas
Los sudores y las fiebres.
¡Que calor que tengo!
¡Que calor que doy ¡
una olla hirbiendo
Parece que soy.
¡Que temperatura!
¡Que temperamento!
¡Que cosa mas dura!
¡Que sofocamiento!.
¡Mira como es,
Mira como viene!
Sin poder parase,
Que viene que viene!
Me gusta el caribe
Me gusta el calor
Me gusta la nieve
Me gusta el amor!!!


Peteneras tristisimas en el eco de Luisa Requejo

En la puerta del silencio
me paro y miro mi vida,
como se ha ido corriendo
al rincon de la deriva.
Todo se lo lleba el tiempo
Todo la muerte lo acaba
Hasta se pierde el olvido
Sin dejar rastro de nada.
No encontre lo que queria
O lo que quieria no estaba
En el sitio en que debia
Cuando mas yo lo buscaba.

El circulo se cierra, el eco de la Serneta según la genial Pastora nos devuelve al punto de donde partimos alli donde se juntan la muerte y la vida, el nacimiento y el ocaso…

Yo no se ni lo que hice
Yo no se por donde fui
Ni tampoco lo que dije

La vida es siempre volver
al principio de las cosas
y a la fuente del querer.
Yo estaba loca perdida
Llena de cavilaciones
Como alma maldecida.
La vda es siempre dudar
Y elegir en los caminos
La vereda que tomar.
En dos veredas iguales
Yo no se cual escoger
Si escojo la de mi gusto
Mi perdicion a de ser….

             Por José Luis Ortiz Nuevo.

martes, 27 de septiembre de 2011

Sin Fronteras

“Flamenco sin Fronteras” estrena su emisión con un primer espacio que intenta, por un lado, dar una visión general e introductoria de lo que será la serie completa y, por otro, de acercar al espectador al carácter libre y universal que impregna al flamenco. Así, se incide en este programa tanto en la capacidad de este arte para crecer y transformarse manteniendo sus caracteres propios, como en su capacidad para romper barreras socio culturales, geográficas o temporales.


FLAMENCO SIN FRONTERAS, sin talibanes ni na…, ni aviones de los chungos, de los malos, de los que bombardean y matan.
Flamenco vivo.
Flamenco sin miedo, Flamenco pa’ sentí.
Flamenco tuyo.
Flamenco del mundo y de la historia, y de la vida.
Flamenco de todos los tiempos, de todas las tendencias y de todos los registros que podemos recuperar para ti.
Flamenco sin dogmas ni aburrimiento, espero.
Flamenco pa’ que te pongas a gusto, pa’ que lo sientas, pa’ que lo disfrutes, pa’ que lo oigas, lo comuniques, o lo llores, o lo rias.
Flamenco criatura....
Flamenco por solea....
Dave Liebman del disco Sketches Of Spain del genial Miles David, escucha…


A mi me gustaria tener la voz de oro.
La voz de diamante, de la plata y del oro, para comunicarte lo mas brillantemente posible, lo que te quiero.
Desde lo más viejo del tiempo flamenco vienen los violines de los verdiales de Malaga, tocando vivo.
No veas como es la emocion, cuando se sienten de verdad, autenticos, sencillos, firmes, poderosos, altivos... Los verdiales de Malaga...



Flamenco sin fronteras,
¿Pa´que sirven las fronteras?
Pa´que unos tengan dólares, otros tengan Euros y otros no tengan na´.
Pa´que unos tengan riquezas y otros tengan harapos.
Pa´que unos sientan calor cuando hace frió, y otros estén tiritando, cuando la calor se harta.
¿ Para eso sirven las fronteras?
A mi esas fronteras no me gustan para nada.
Me gusta el aire de la libertad, del juego, de la sonrisa, del amor.
Me gusta volver a los sitios donde fui feliz.
Contigo mismo, a tu vera, a la vera del ARCANGEL de Huelva, Volveré...



Flamenco sin fronteras de las voces increíblemente bellas y sabias, manque sean niñas.
Flamenco sin fronteras para ponerse tierno. Como si estuvieras desnudo, completamente, en la noche, y en la mitad de la mar.
Y el aire que suena es, la voz de una estrella. "Los versos de un poeta que se llama Juan Ramón Jiménez La música del padre de la estrella.
Y la estrella que te dice, ¡Ten cuidadito! Cuando beses ten cuidao...


No ha derribado fronteras ni na No ha roto incomprensiones, ni olvidos, ni maledicencias...
No ha hecho nada por el flamenco No lo hará por los siglos de los siglos, mientras
haya siglos.
No veas,  PACO DE LUCIA, el hombre sin fronteras El genio sin fronteras.
El universo, en sus manos, y en sus cuerdas. En su corazón y en su talento y en su arte.
PACO DE LUCIA...



Flamenco sin fronteras, pa´la alegría también, manque sea antigua y vieja, y primitiva, la alegría que es de lo más antigua que hay en el mundo, porque vamos a ver, antes de morirse, la gente celebran los bautismos y las bodas, los primeros besos, ¡mira como te estoy mirando hija!... incluso por ahí se cuela la pena cuando canta AURELIO SELLES
Por alegrías, pero es por alegrías de Cádiz, claro, La fuente, las lagrimas.
Las lagrimas, la fuente...



                                      Por José Luis Ortiz Nuevo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

De aquellas juergas que duraban los días y los días

Desde el nacimiento del cante flamenco como fenómeno profesional, a finales del siglo XIX, el barrio de la Alameda de Hércules en Sevilla ha tenido un protagonismo evidente en su historia y evolución. Una vez desaparecidos los cafés cantantes, la Alameda y otros tantos lugares de Andalucia, las conocidas juergas flamencas, se convirtieron en una de las pocas salidas profesionales, tanto para los artistas que comenzaban su andadura, como para aquellos que, por diversas razones, no llegaron a tener la consideración de primeras figuras del cante. Eso contribuyó a que durante los años 40 y 50 la Alameda de Hércules en particular, fuera conocida y considerada como ‘La Universidad del Cante’. En este programa José luis Ortíz Nuevo nos relata algunas anecdotas referente a como se ganaban la vida los flamencos en aquellos tiempos





Según la memoria de algunos de sus protagonistas que me contaron historias como estas:
Dijo Tío Gregorio “Borrico de Jerez”: 
-“Había mucha fiesta, había muchas cosillas, amanecíamos muchas mañanas con el sol fuera, todo eso cuando íbamos a la venta de Benjamín, que se llamaba la “Rosaleda” o a la venta “San José” que estaba en el parque, entonces yo ya tenía 27 o 28 años y de ahí vino  buscarme la vida de esa forma, de una venta a otra. Y después de “San José” cogíamos otra venta que había más pa´arriba que se llamaba el “Altillo” de Sebastián Fernández y en estas ventas nos buscábamos la vida, y hombre pasaban muchas cosas, porque, claro, la reunión de vino que llegaba, bien Don José Canto, bien Don Luis Lacalle, bien Don Eugenio Molina  y cogíamos esas reuniones y nos llevábamos tres horas o dos horas, se iban esos y venían otros y como han venido tantos no me acuerdo de llevarlos a todos en la cabeza.
Y entonces en aquella época era el tocaor Paco Espinoza,  uno que está en Barcelona, y cuando terminábamos pues nos íbamos a nuestras casas cada uno bien con el sueldo tal, con el sueldo cual, bien con cincuenta, bien con sesenta, bien con cien duro  con  según caían las peras.
Entonces éramos “El Troncho”, Cabezas el “Carabinero”, “El niño Brenes”,” Manolo Jero”.
Muchas mañanas amanecíamos con Emilio Samacoa, bien en la Rosaleda, bien en el Altillo o bien en la venta San José o en la Pañoleta que llevaba una sobrina de Antonio Berlina, uno que le decían “Buchito”.
Amanecíamos por la mañana comiendo pan con manteca en un tabanco que le decían el callejón de Paco; El uno charlando, el otro diciendo otras cosas, nos reíamos por la mañana ya cuasi todos un poquito tocaos de vino; Y sucedían muchas cosas que ya no se acuerda uno, porque han sido tantas las que han pasado.
Y te digo lo que más recordatorio que tengo, no cosa de Guasa ni cosas de nada de eso, infundios flamencos que se nos ocurrían lo mismo  a uno que a otros ya todos borrachos por la mañana Y ocurrió que estaba yo en una fiesta saliendo del “Altillo”, era feria en Sevilla, y nos fuimos a Sevilla unos cuantos y llego a una caseta en la feria que era de la caseta de madre del “Morao” entro pa´dentro y a eso que viene “Buchito” - ¿Que haces aquí?; - Pues ya ves, aquí asentao, y entonces me cogió a mí, cogió a la Pastora, la niña de los peines, cogió al Pinto y nos fuimos al a la venta del mismo Buchito que se llamaba “Casablanca”.
La venta nos metimos en un reservado, y yo  claro entre tan buenos cantaores tenía poca costumbre de reunirme no me juntaba yo mucho con esos señores del cante porque iba de tarde en tarde a Sevilla, y dio la casualidad de que aquella vez me ajunte con esos señores  y a la guitarra tocaba un sobrino mío que se llamaba Parrilla y luego mandaron a por un tocaor que le decían Gutiérrez de Sevilla.
Y a mí se me ocurría de vez en cuando, salir a verter agua al retrete porque estaba pendiente en las letras y en cómo estaban cantando, eso se llama que estaba un poco nervioso porque estaba entre cantaores cuajaos.
Pues estaba cantando un hijo de Manuel Torres que se llamaba Tomas por seguirilla, y a continuación el Pinto y la Pastora, y estando en el retrete se me vino a mí un cante  de pronto escuchando la guitarra desde el  retrete me se ocurrió un cante de José el de Paula, el hermano del abuelo del torero  me se ocurrió un cante por seguirilla y de verdad que salí corriendo para el reservado y le dije al tocaor: - Gutiérrez sigue ahí en ese tono.
Y aún desde aquel tiempo todavía se esta mentando como cante por seguirilla, no es que yo cantara mejor que los demás, pero me salió ese cante de José el de Paula y el cante de Paco la Luz, corto, por seguirilla y lo hice a la perfección.
Y  hace 15 o 20 años se está refiriendo aquella fiesta de Casablanca de “Buchito, que ni yo mismo me di cuenta de cómo cante, como me salió el cante Paco la Luz y de José de la Paula.
Todavía por los bares, esa muchacha que le dicen Antonia, sobrina de Buchito lo refiere todavía aquello que hace ya 14 o 15 años o 20 de la fiesta esa. Me dieron en aquella fiesta 1000 pesetas, me quisieron dar más dinero y Buchito dijo que ya estaba bien con lo que él me había dado, ¡mentira! Y por no hacerle el ridículo no me dieron más.
Total que cogí mis mil pesetas y me marche pa´ Jerez…
 

Decía el maestro Pepe el de la Matrona:
 “Y ya cuando tenía yo unos 12 o 13 añitos, empecé a cantar por afición,  claro que cuando se tiene ese edad no se sabe cantar, sin embargo se canta bien, porque le va bien al oído humano el instrumento de uno dado por Dios o la naturaleza y claro, canta uno bien pero no sabe lo que hace y poco a poco va uno cogiendo,  recuperando de lo que uno va viendo y de lo que uno va oyendo…
Y ya de ahí me fui inculcando a los pasajes a los colmaos que se decían y eran el centro donde iban los artistas a buscar juerga. Y ya de ahí me fui encausando y preguntando y oyendo a este y oyendo al otro preguntándole a los mayores, a los viejos y a los que no eran tan viejos y luego, cuando tenía tiempo me iba a buscar a una colección de hombres viejos que había en Triana que por aquella época serian algunos de 80 o ochenta y pico de años, el más joven de los que yo buscaba era un gitano que le llamaban “El Chulito”.
Todos eran trabajadores, unos de fragua, otros trabajaban en el muelle, otros se dedicaban a venderles a los barcos extranjeros ingleses y franceses a cambiarle bebida  por ropa vieja y esas cosas.
Eran aficionados al cante y cantaban, cantineaban a su manera. Con estos viejos me ocurrió una cosa de mucha gracia en una gira.
Llegamos a una venta que le decían la venta del “Rubio” en el camino de San Juan.
La venta “De el Rubio” se componía de cuatro o seis palos estera y latones y con esto y cuatro latas viejas había hecho aquel  hombre su industria allí, y con otros cuatro palos y una escalerilla, como la de los albañiles pa ´subir, había hecho como un reservado que también eran de  estera y cuatro asientos que no tenían ni anea.
-¡Bueno pues vámonos pa´arriba a cantar y a divertirnos!
Cogieron una borrachera aquellos hombres “tremenda”, y me asomo a la rivera de rio y veo allí el  pellejo de un gato blanco y negro y la cabeza y se me ocurre decirle al rubio este que guisaba bastante bien y que tenía un chivo colgado encima del mostrador
-           ¡Oye rubio! ¿Ese chivo de quién es?
-           ¡Mío de quien va a ser!
-          ¿Y cuanto nos lleva por usted por guisarnoslo con arroz?
-          Seis pesetas…
-          ¡Pues guíselo usted!
Nos comimos el arroz con el chivo y venga beber vino y a cantar, estábamos cantando y llega la pareja la que hacía el recorrido de San Juan y dice al “Rubio”…
-          ¿Quién está arriba?
-          ¡Unos cuantos, tres o cuatros personas, son gitanos, pero son trabajadores, y un muchacho que le llaman el “Niño de la Matrona” que canta…
Me asomo yo por la escalera y le digo
-          ¡Rubio, convida ahí a la pareja!
Total que se puso la pareja  graciosa, simpática, entonces va y se le ocurre a uno de estos civiles subir, yo no sé que se le había figurado el civil que lo habíamos llamado, y me acuerdo que mi compadre el chulito estaba medio dormido, con una borrachera muy gorda, hasta que se asoma así el hombre por la escalerilla con el fusil cargado y dice:
-          ¿Quién llama?
Y cuando vio el Chulito así medio dormido que era un tricornio va él le dice…
-          ¡La muerte!
Dice el civil muy cabreado…
-          ¡Pa´abajo todo el mundo!
Y yo le decía a mi compadre
-          Pero hombre ¿Cómo se le ocurrido a usted eso?
Total que bajamos, y allí abajo el civil.
-          Vamos a ver ¿A quién se le ha ocurrido decir eso?
-          Hombre yo, pero yo es que lo he dicho sin intención, porque yo les quiero mucho a ustedes, mire usted don general,  yo creía que era el Rubio el que subía…
-          Bueno, pues eso lo va usted a decir en otro lado…
Y ya el Chulito se vio que se lo iban a llevar para el cuartel
-          ¡Mire usted Don Civil que yo les quiero mucho a ustedes que yo soy un buen hombre que lo diga mi compadre…
-          Nada, nada, nada, eso hay que rectificarlo ¿A ver porque voy yo a llamar a la muerte?
-          ¡Mire usted!  Les decía yo…
-          -Mire usted como está el hombre, mire usted, mire usted como está el hombre pobrecito, mire usted!
Total que el civil se compadeció y el gitano se vio aliviado porque no iba a pasar nada, pero yo viendo ya lo que pasaba le digo al “Boti”, que era el más viejo…
-          Oiga usted Boti, venga usted para acá…
Y lo llevo a la ribera del rio en donde había visto el pellejo del gato y de digo.
-          Asómese usted ahí al barranco, mire usted lo que ha hecho  este pícaro de rubio, mire usted  lo que nos ha guisado en vez del chivo.
-          Me cago en to´sus muertos compare de mi alma… le dice a iglesias que era otro de los viejos.
-          Agarre usted la faca tome usted la faca y córteme usted la cabeza por tronco que no quiero morir harto de garrapañi…
-          ¡Oiga usted, suelte usted eso  ahora mismo… Le dice el guardia civil.
-          ¡Pero usted no sabe lo que ha hecho ese pícaro del Rubio con nosotros…
El Rubio allí escondido detrás del mostrador, y el “Boti” venga pasear la faca, venga pasear la faca, total que ya los civiles dicen…
-          ¡Tire usted eso ahora mismo!…
Tiró la faca y venga a cachear a todo el mundo. La faca, una pistola, una navaja, lo cogieron todo y lo se llevaron para el cuartel. Pero el “Boti no hacía más que decir…
-          ¡Hay madre de mi alma, compadre, que voy a morir harto de garrapañi!…
-           Hombre si esto es una broma… Le digo yo.
-          Mire usted es que yo fui a orinar y vi el pellejo del gato y se lo dije a usted en una broma…
-          ¡Pero hombre a mí,  hartarme a mí de garrapañi con el vino que tengo en el estomago!…
-          Que no hombre, que ha matado al chivo, de verdad  Rubio, enséñele usted el pellejo…
Vino el pobre rubio con el pellejo y ya lo convenció. Le pague el chivo, el vino, y nos fuimos pa´ Triana.


 

.
Dijo Tía Añica “La Piriñaca”:
Don José Canto nos daba 20 duros, perdía la cabeza con el cante pero era muy malo pa ´pagar y eso que a mí me daba el doble, era millonario. ¡Ohhu!, que digan mis hijos, que me ha dado de duros, duros no billetes. Y siempre que daba juerga, eso era raro la semana que no daba por lo menos dos juergas a la semana, po´ siempre las cogía yo. Siempre, y tío José y el borrico también la cogía muchas veces.
Y a mi Don José me daba cuarenta duros, que en aquellos tiempos cuarenta duros era un dineral.  Llevaba comida yo a mi casa para dos o tres días con cuarenta duros, un huevo costaba 1 real y medio litro de aceite costaba 3 perras y media medio litro aceite y bueno
Y vas ahí a la aduana que estaba ahí en Santiago, y ha de venir por la mañana que estábamos toda la noche, la aduana abierta, la abríamos temprano porque venían los lecheros del campo con la leche: - ¡Vamos a ir a comprar, eahhh!
Don José a mi me quería mucho, nunca, nunca llevaba ninguna artista de mujer, nunca. Vamos las mujeres malas iban y lo saludaban que quitaba el sentido:  - Don José Buenos días, buenas tardes o Buenas noches, según la hora que llegaban.
-  Entra invítala. La invitaba a una copa y comía de lo que había allí pa ´tapa.
- Bueno hasta luego; Y se tenía que ir, se lo decía para que se fueran y cuando acaba la juerga por la mañana nos íbamos a venir todavía había muchas esperando porque no las dejaba sin dinero.
– ¡Don José usted lo pase bien, a ver si viene usted por aquí pronto, lo saludaban y en ese momento llevaba el dinero que  le quería dar y en aquellos tiempos, en esos años,  veinte duros era un dineral! Y no dejaba a ninguna sin darle dinero pero no quería a ninguna a la vera,  decía que el tenia a su señora a su vera y no podía querer a nadie más que a ella, y él no se acostaba con ninguna mujer na´mas que su mujer y tenía una mujer muy brillante, ¿sabe?
Una gachís de Madrid ¡Joeehh! . La saco de la sala de fiesta pa´casarse con ella y era casado con ella y todo. El era viudo.  Don José, Don José era de por ahí de Algodonales, serrano, y sabia  ese hombre muchísimo de canto porque le estaba costando muchas perras. Gastaba mucho, no tenía hijos. Tenía muchas riquezas, dos o tres cortijos, tenía dos o tres viñas que bastante veces hemos ido a la viña y cuando entrabamos a la viña mosqueábamos, Borrico y yo, mosqueábamos cuando abríamos así la puerta de la despensa y de la viña. Las patas de jamón colgada, una, otra, otra, otra. Los quesos enteros, allí un rimero de quesos enteros, los canastos lleno de huevos y le dacia el casero al que estaba fijo en la viña:
-          Mire por ahí, ¿Qué quieres comer, carne pollo o pavo o que?
-          No, nos guise usted pavo, que son muy grandes. Decía el Borrico, porque los pollos estaban más sabrosos, más buenos…
-          ¡Ponga usted un pollito, un pollito.
Y venia el casero con 3 o 4 pollos que quitaban todo el sentido en la mano, eahhh, Matarlo, cortarle el pescuezo y al guisarla en una caldera ponía todo los pollos juntos. Los guisaba el casero. Dos días estábamos allí, nos llevaba por la mañana y no veníamos hasta la otra noche del otro día pa ´Jerez, todo el día comiendo y na´mas que bebiendo con él , “El Sena”, “El Borrico”, yo…También uno que había que le decían “Brenes” un muchacho que buscaba la vida del cante, cantaba muy bien no por flamenco sino más que todo por cante fandangos, la malagueña, los cantes por serrana, esos cantes…
De flamenco no cantaba ese muchacho, pero por esos cantes quitaba el sentido. Cantaba muy puro y muy bien, y a Don José le gustaban mucho esos cantes, cantes de levante.
Y este cantaba por todo, por todo cantaba menos por cante flamenco, decía el que no podía recoger ese cante flamenco que a pesar de todo lo que cantaba él, que no podía recoger el cante flamenco y ahora cantaba un fandango o una granaina, una yo que se los cante que cantaba, y era un hombre que caía muy bien porque cantaba muy bien.
Y había otro artista joven que le decían el “Batato”, muchacho joven también que bailaba que no tenia comparación y cantineaba también, pero bailaba y no caía malamente también, cuando se enteraba de que estábamos nosotros de juerga con Don José se asomaba y lo saludaba, lo invitaba y le decía:
-          Siéntate ahí, donde puedas. Porque lo quería escuchar y porque bailaba muy bien, bailaba muy bien.
Ese ha muerto ya también malamente, ha muerto malamente, pero joven con una enfermedad.
Juanito era muy agradable y muy bueno el chiquillo era panadero, sus hermanos panaderos todos,  y el también,  pero el irrumpió en el cante y en el baile y ya no quiso mas panadería.
Don José Canto nos llevaba a todos lados, a Sevilla vamos un montón de veces,  ohhuu!
A Sevilla estoy yo cansada de ir a cantar,… digo!  y en todo lo mejor de Sevilla hemos estado noches y días enteros y noches enteras vamos por la tarde al medio día vamos a salir de aquí de Jerez,  del gallo azul, que ahí paraba Don José y venga los coches para Sevilla…
 

Dijo el Señor Don  Juan Martínez Vílchez “ Pericón de Cádiz”
“Había en Cádiz un hombre, que cuando se metía de fiesta se tiraba dos o tres días de juerga y no le importaba nada. Llegaba a la “aguaucho” (Calle de Cádiz donde se juntaban los artistas) y lo primero que hacía era mandar a por tres o cuatro mujeres. Venían las mujeres y en cuantito entraban ya le estaba diciendo que nada de 24 horas, que la que entraba con él, con el salía. Luego llamaba a los artistas que no les importaba estarse de fiesta lo que sea fuera, y cuando ya todo el personal estaba preparado, arriba, al cuarto con dos o tres cajas de vino, un jamón, un cubo y un colchón.
Cerraba la puerta del cuarto, le daba las llaves por debajo al dueño y se iba el dueño con la orden de no molestarlo y de no abrir hasta que el tocara el timbre. Y principiaba la fiesta, a cantar, a beber, a esto, a lo otro, y no consentía que saliera nadie.
Que se emborrachaba uno quería devolver, al cubo. Que a uno le entraba sueño y quería dormir, al colchón, y él no se acostaba por nada del mundo. Sentado en una silla, echaba su cabeza encima de la mesa  y a la media hora ya estaba diciendo: – “¡Bueno vamos a tomar una copita!”.
Este, este ha sido el hombre que yo he visto mas fuerte pa ´esto de las juergas no se cansaba nunca, venga cante, venga mujeres, venga vino. Y luego cuando yo me vine a Madrid, tuve la suerte de tropezarme con una de estas fiestas largas que ya llevaba tres días cuando yo llegue. Estaba yo en el mostrador y veo salir al “Niño Valdepeñas” me llama y me dice:
-¿Tú no le has  cantao nunca a Don Francisco Gálvez?; Digo:
- ¡No!; dice:
- Po ven pa´ca hombre que le vas a cantar esta noche.
Y claro yo encantado con lo canino que venía.
Entramos al cuarto y el “Niño Valdepeñas” que le dice a Don Francisco Gálvez:
-          ¡Don Francisco, le voy a presentar a un muchacho que ha venido nuevo de Cádiz y le va a gustar a usted cantando!
-          Bueno, vamos a verlo… dice Don Francisco.
Y claro yo Salí cantando que me comía el mundo, cante dos o tres letras por alegrías y enseguida se me puso de pie Don Francisco, me dio un abrazo y mil pesetas, y yo, con lo canino que estaba  no veas como las recibí. Me dice Don Francisco:
-          Bueno si te quieres ir, te vas. Y el “Niño Valdepeñas” :
-           ¡No te vayas, no te vayas! Tú no te vayas! Y le digo yo:
-          ¡Si hombre, enseguida me voy a ir yo de aquí. Enseguida!
Y sigue la fiesta, venga cante, y venga cante y venga vino y a las dos horas mete mano este hombre y empieza a repartir dos mil pesetas a todos los artistas y puros y tabaco y de todo y claro yo acostumbrado a los coches de Cádiz decía pa ´mi “¡ Dios mío de mi alma, yo me estoy volviendo loco!” y ni loco ni nada, nada más que me había encontrado con un hombre que le gustaba darle de comer al artista, y no se le importaba gastarse treinta o cuarenta mil duros en una fiesta.
Muy a menudo, llegaba a Villa Rosa y a todos los artistas que había, ¡A todos! los llamaba y luego a soltar dinero a manos llenas a los doce o catorce artista que había buscado, ¡Un caso!

 
Otra:
A la tienda “La Habana” allí en Cádiz, iba mucho un marino que se llamaba Don José Marón y tenia delirio por el cante, pero el hombre este tenía una monomanía y el que no entraba por el aro de la monomanía no cantaba.
Llegaba a la tienda “La Habana” se metía en un cuarto arriba y cuando subía Pedro el dueño le decía:
-          ¡Llámame artistas de alpargata!
Y entonces bajaba Pedro y a los que estabamos allí, nos decía:
-          ¡Arriba esta Don José Marón, que quiere artistas de alpargatas, con que ya saben ustedes, el que quiera cantar que se compre unas alpargatas!
Y claro como Don José Marón era un hombre que pagaba bien y además se portaba maravillosamente con nosotros, nos íbamos  a una almacén y nos comprábamos unas alpargatas de cáñamo que valían seis perras gordas. Volvíamos, dejábamos los zapatos abajo, subíamos para arriba, llamábamos a la puerta del cuarto en donde estaba Don José Marón  y antes de entrar le teníamos que enseñar los pies con las alpargatas puestas. Y así una vez y otra vez.  Y lo que hacíamos era dejar allí en la tienda “La Habana” las alpargatas guardadas y cada vez que venía Don José Marón a por ellas porque si no la llevabas puesta no había juerga…”
Por José Luis Ortiz Nuevo.


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